


¿Qué hace que la fiesta del libro sea una experiencia única e inolvidable para los amantes de la literatura?
Recuerdo con claridad el día jueves 31 de agosto de 2023. Allí, mientras acababa la jornada académica con la clase de Ciencias Sociales, pensaba un poco sobre todas las tareas superadas durante la semana y que habían dejado en mí una sensación de cansancio. Sin embargo, el profesor Álvaro nos dió una gran noticia que cambió mi sentir.
En sus manos, reposaban una gran cantidad de hojas que me permitió adivinar de qué se trataba la noticia. Mis compañeros exaltados vitoreaban, mientras escuchaban la novedad; la literatura es el escape para la mayoría de nosotros, gracias a la cual, durante la cuarentena, vencimos el aburrimiento. De esta manera pasaron los días y llegó la tan esperada salida académica que recuerdo así:
Contengo el aliento mientras camino por la calle y observo a otros estudiantes arribar. Nos mantenemos tomados de nuestras manos y nos dirigimos a la primera actividad del día. Diría que fue interesante, pero también algo monótona (clasificación de basuras y reciclaje). Acertamos cada pregunta del recreacionista y recibimos libros como remuneración antes de dar paso a la segunda actividad.
Organizados en dos equipos, Pirañas y Leones, fuimos contrincantes los unos de los otros, mientras cada grupo intentaba, con la mayor velocidad posible, atrapar pelotas que los orientadores ponían frente a nosotros. Nos sentimos niños otra vez.
Expresamos nuestro cansancio después de una pequeña sesión de Jenga gigante que terminó en ruinas, literalmente; así que nos dirigimos a la cafetería, donde los rollitos de canela que consumimos rápidamente se convirtieron en los protagonistas. A mi modo de ver, son una buena decisión si quieres las tres B “bueno, bonito y barato”. Este momento lo viví como uno de mis favoritos de la jornada: las mesas del descanso se llenaron de juegos que convirtieron la risa y los gritos en el postre.
Posteriormente, continuamos con nuestra odisea en la Fiesta del Libro, pasando por la mejor experiencia: reconocer la cultura y la identidad nacional a través de los diferentes bailes folclóricos.
Entre risas y exclamaciones, en el salón de bailes tradicionales, nos movimos al ritmo de la carranga, folclore autóctono de nuestra región. Asimismo, desarrollamos diferentes melodías de conocimiento general como Las Divinas, Gangnam Style, La Bomba, Macarena, Meneaito y mucho más. Bailamos lo suficiente y nos envolvimos en un debate donde materializamos las diferencias entre las culturas que hemos adoptado durante nuestro desarrollo como país, que no siempre pertenecen a Colombia, sino que son el resultado de un diverso proceso de mestizaje.
La jornada terminaba en el sonido de un chasquido, y en compañía de nuestro profesor observamos libros en busca de un dueño. Como buenos lectores, nos llevamos la mitad de los stands de diferentes editoriales. Mientras mis compañeros me preguntan por recomendaciones, respondo con algunos títulos que he leído últimamente: El Príncipe Cruel de H. Black y El Olvido que Seremos de Héctor Abad son algunas de mis menciones.
Pensé en que ya había llegado la hora final, y en busca de pros y contras me planteé que experiencias como estás se viven muy pocas veces. El ambiente estudiantil le da un toque más amigable, las experiencias y los aprendizajes dejan marca, como la cultura manifestada en cada charla.
La literatura encuentra siempre la forma de ser protagonista en tu vida, puede que aún no, pero cuando encuentres lo que te gusta y te haga feliz a ti, ya eres parte de este grupo lleno de experiencias sobrenaturales, fantásticas, ficticias, terroríficas y románticas.
El colegio La Presentación Santa Teresa – Cúcuta y su equipo de trabajo me han brindado esta oportunidad, visitando y empapándome un poco más con historias, que aún no han sido escuchadas (o leídas), pero debo reconocer que la visita cumplió con mis expectativas.
Y mi conclusión final, ¿Quieres conseguir todo lo que quieres al alcance de tu mano?
Si la respuesta es “sí”. Culturízate… lee.
Escrito por: Valeria Sánchez García, grado 9°A.